sábado, 18 de diciembre de 2010

Y la vida retumba detrás suyo


Porque yo siempre sigo mi fiel y leal filosofía: Nos discriminar, no prejuzgar y nunca creer que las ideas, pensamientos, religiones, etcéteras, de uno son mejores que las del resto (Al fin y al cabo, quién tiene mayor certeza sobre la verdad? Nadie, en realidad.)
¿Sabe qué sucede? Sucede que a veces hay situaciones que exasperan y llegan a un más allá. Sobrepasan cierto extremo y... Pero hay que perseverar, mi filosofía es una creencia honestamente sentida y profesada, una osa (Osa? Oda no dirás? Lindo fallido, aquí queda nomás) a la tolerancia y el respeto dirán algunos. Puede ser, puede ser y está bien que así sea.
De todas maneras, siempre llegan aquellas situaciones que uno hubiera preferido obviar en las que los propios sentimientos (Sobreprotección? Paternalismo? Celos quizás? Probablemente, dirás.) no pueden contenerse. Se modifican, se intoxican, y la tolerancia, apertura y progresismo de a poco de se erosionan y...

Y la filosofía al carajo.

Esperando vivir

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