El niño la miró.
- ¿Qué pasa? - Le respondió ella.
- Tengo miedo.
- Yo estoy con vos - Le dijo, mientras acompañaba cada una de sus palabras con su tierna sonrisa y una mirada casi maternal. Tenía esa capacidad, esa fuerza para siempre transimtir alegría.
Joaquín se calmó. Al final, todo iba a estar bien.
- Como brillan tus ojos - Lo pensó pero nunca lo dijo.
joaquíiiiiiiiiiiiiiin
ResponderEliminar