viernes, 22 de enero de 2010

Para una tarde de verano en la que ya cortaste todas las rosas y solo quedó el pasto


A veces se necesita ese pequeño respiro por la tarde. Tirarse en el suelo y dedicarse a eso, a no hacer nada. Pero lo que te molesta no se soluciona en la nada. Ese tractor que está metido adentro de tu cabeza aplastándolo todo, aplastando tu cerebro, no se va así de fácil.

Al final, todo es cuestión de tiempo, te dicen. Y será así. ¿Quién sabe? En la histeria no queda otra que creerles. El único problema de la sanación en el tiempo es, paradójica y redundantemente, que toma tiempo. Y a veces no se tiene. A veces no tenés tiempo para que el tractor se quede sin gasoil o para que los problemas que lo manejan se decidan a tomarse la siestita de las 2 de la tarde.
Hay días en los que no se puede y no se puede che. El tractor hincha las pelotas y alguien tiene que hacer algo al respecto. Y si no es el tiempo el que quiere poner las manos en el fuego.. En fin, tendrás que ser vos. Tendrás que ser vos el que vuelva a levantarse a la mañana, tendrás que ser vos el que siga caminando en el calor y abrigándose en invierno. Tendrás que ser vos y ya.
Porque es así, no tenés todo el tiempo del mundo para que el tiempo se decida a hacerse algo de tiempo para tocarte la puerta. Si vos no te quemás un poco también, el reloj solo no se acelera. Y por más que sonrías todo el día, mil risas sin una lágrima cada tanto valen tan poco como mil llantos sin sonrisas.
Así que basta. ¡PARA! Bien dijo Copernico que el mundo hace rato que dejó de girar alrededor tuyo. Cada tanto es uno el que tiene que abrir la ventana y darse cuenta de que porque vos te detengas el resto no tiene porqué hacerlo.
Y ahí, cuando descubrís que no hace falta dejar de llorar para empezar a sonreír, cuando ves que no hace falta que todos cambien a la par tuya, cuando re escuchás tu propia voz, de a poco vas dejando de gatear y te decidís a caminar.
Porque a fin de cuentas, el tiempo no es nada si vos no lo acompañás de la mano.
Damas y caballeros, tan sencillo como eso. Uh, mirá vos, parece que el tractor chocó contra un reloj...

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