viernes, 30 de julio de 2010
Hasta que por la ventana suba el sol
Será porque la vida está hecha una bragueta de colores.
Y no, colores no es bueno. Colores es plural e implica muchos, y se mezclan y forman nuevos colores. Después esos nuevos colores se mezclan también y forman colores más nuevos que los nuevos colores. Y si vos ya dejaste de entender imaginate yo cuando miro esta bragueta de colores, nuevos colores y más nuevos que los nuevos colores colores.
Pero decile a la muchacha ojos de papel que el sinsentido era mejor cuando en el fondo el sentido se lo encontrabas. No mentira. Era mejor cuando parecía sin sentido no cuando tenía sentido. El sentido es lo que le sacó el sentido, cuando el sentido es el pote de teglopor sin helado de dulce de leche.
No son muchos colores. Todos se mezclan, queda un solo nuevo color.
El problema es que la problemática se centra no en que la calecita dio tantas vueltas que ya no se entiende nada sino en que frenó hace rato y de tanto estar sentado se empiezan a ver los detalles de las cosas más que antes.
O volver a la calecita, o cambiar los detalles.
Shit, el duende dijo que la cosa se viene embromada y no era enbroma, era enbromada u.u
jueves, 22 de julio de 2010
Rosa rosa tan maravillosa, poco apestosa, como blanca cota
Y Joaquín sigue caminando por el centro. Sigue su trayecto hacia (ningún) algún lado. Sigue hasta que se encuentra con una flor. Que raro, una flor en medio del centro, en medio de la ciudad y el asfalto.
Sus miradas se cruzan (O al menos eso dice él). Todos saben que a las flores no les suele agradar andar mirando personas. Las aburren, se mueven demasiado y la mayoría de las veces sin necesidad. Las flores, en cambio, se mueven solo en particulares ocasiones y cuando lo consideran de vital necesidad.
Aparentemente esta no era una flor cualquiera porque (Vale la pena volver a aclararlo, según Joaquín) sus miradas se cruzan. Se encuentran.
Así comienza una tarde de amistad vegeto animal. Joaquín le habla a la flor (Todos saben lo buenas que son escuchando), le cuenta su vida, sus alegrías, algunos recuerdos. Ambos comparten una botella de agua y así empieza a anochecer.
Joaquín se recuesta al lado de su amiga y se queda dormido.
Cuando despierta se agita un poco. Debe estar llegando tarde a (ningún) algún lado. Se levanta, saluda a flor y se pierde entre la gente.
Flor observa como se va su amigo. Algunos dicen que intentó moverse para seguirlo pero que no tuvo el valor y así quedó simplemente inclinada.
Otros piensan que se debe a que Joaquín la aplastó un poco mientras dormía.
Sus miradas se cruzan (O al menos eso dice él). Todos saben que a las flores no les suele agradar andar mirando personas. Las aburren, se mueven demasiado y la mayoría de las veces sin necesidad. Las flores, en cambio, se mueven solo en particulares ocasiones y cuando lo consideran de vital necesidad.
Aparentemente esta no era una flor cualquiera porque (Vale la pena volver a aclararlo, según Joaquín) sus miradas se cruzan. Se encuentran.
Así comienza una tarde de amistad vegeto animal. Joaquín le habla a la flor (Todos saben lo buenas que son escuchando), le cuenta su vida, sus alegrías, algunos recuerdos. Ambos comparten una botella de agua y así empieza a anochecer.
Joaquín se recuesta al lado de su amiga y se queda dormido.
Cuando despierta se agita un poco. Debe estar llegando tarde a (ningún) algún lado. Se levanta, saluda a flor y se pierde entre la gente.
Flor observa como se va su amigo. Algunos dicen que intentó moverse para seguirlo pero que no tuvo el valor y así quedó simplemente inclinada.
Otros piensan que se debe a que Joaquín la aplastó un poco mientras dormía.
viernes, 16 de julio de 2010
miércoles, 14 de julio de 2010
Un miércoles cualquiera a la tarde
Joaquín se para en una esquina de Av. Córdoba y Uruguay, al lado de un puesto de diarios. La gente sigue caminando, Buenos Aires sigue con su propio ritmo, más allá de que él haya interrumpido el suyo. Algunos lo esquivan, otros lo empujan (No le molesta, sabe que no lo hacen con intención).
Que caos que es Buenos Aires - Piensa.
Se imagina el centro vacío. Autos vacíos, edificios vacíos, calles vacías. Vuelve a mirar la calle, los edificios, el puesto de diarios.
Que linda que es Buenos Aires - Piensa.
martes, 13 de julio de 2010
Porque antes es lo que después
Si te ponés a pensar, el pasado nunca podría haber pasado de otra manera. Claro, cuando fue presente había toda una gama de opciones y posibilidades pero una vez que pasó, pasó.
No creo en el destino pero sí que todo va a pasar de una sola manera. (Que fatalista, que estrecho eso) No, no es estrecho. ¿Cómo te lo explico? Sí, en un momento tengo dos (O más) opciones pero por ser quien soy, por ser como soy, por ser yo, siempre va a haber una que voy a elegir.
Esa decisión no está condicionada por un Dios o un Plan ya fijado sobre que es lo que tiene que pasar, pero es cierto que mi forma de ser, la situación, el entorno, ese momento justo y 5674 condiones más, van a hacer que vos, yo y todos tomemos X decisión en X momento.
En otras palabras, las opciones están, pero las elecciones también. Por más indecisión que tengamos en cierta ocasión hay algo que vamos a elegir hacer. Llevándolo a lo simple, si yo sé que te gusta el rojo y odiás el verde y un día te acompaño a ver una remera que está en rojo o verde, sé que vas a probarte la roja pero ni siquiera tocar la verde.
Así que las cosas son como van a hacer. De todas maneras, esto no implica una pasividad de tu parte (Y la mía) ya que esa pasividad definiría una determinada forma de que pasen las cosas. Por el contrario implica una máxima actividad de uno. Vos sos el que tiene que hacer que las cosas pasen de cierta manera.
________________________________________________________
Así que si volvieras atrás en el tiempo, lo lógico sería que las cosas no puedan cambiarse, inevitablemente pasaría todo de la misma manera. El pasado por algo está pasado.
Claro. Entonces el pasado es inevitable. El presente, en cambio, es una puerta abierta a miles de futuros.
Claro. Entonces el presente es opción. El futuro, en cambio, es completamente variable, ya que el presente lo condiciona y modifica constantemente.
Claro. Entonces el futuro es incertidumbre.
Bueno, lo que querés decirme es que si fueramos al futuro y vieramos lo que va a pasar podríamos volver al presente y cambiar nuestro actuar, porque todavía no es pasado, todavía no es inevitable.
Claro.
Pero lo que para nosotros es futuro, para un futuro puede ser pasado, entonces ya es inevitable. Por lo tanto estaríamos cambiando lo inevitable.
Te odio ¬¬
No creo en el destino pero sí que todo va a pasar de una sola manera. (Que fatalista, que estrecho eso) No, no es estrecho. ¿Cómo te lo explico? Sí, en un momento tengo dos (O más) opciones pero por ser quien soy, por ser como soy, por ser yo, siempre va a haber una que voy a elegir.
Esa decisión no está condicionada por un Dios o un Plan ya fijado sobre que es lo que tiene que pasar, pero es cierto que mi forma de ser, la situación, el entorno, ese momento justo y 5674 condiones más, van a hacer que vos, yo y todos tomemos X decisión en X momento.
En otras palabras, las opciones están, pero las elecciones también. Por más indecisión que tengamos en cierta ocasión hay algo que vamos a elegir hacer. Llevándolo a lo simple, si yo sé que te gusta el rojo y odiás el verde y un día te acompaño a ver una remera que está en rojo o verde, sé que vas a probarte la roja pero ni siquiera tocar la verde.
Así que las cosas son como van a hacer. De todas maneras, esto no implica una pasividad de tu parte (Y la mía) ya que esa pasividad definiría una determinada forma de que pasen las cosas. Por el contrario implica una máxima actividad de uno. Vos sos el que tiene que hacer que las cosas pasen de cierta manera.
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Así que si volvieras atrás en el tiempo, lo lógico sería que las cosas no puedan cambiarse, inevitablemente pasaría todo de la misma manera. El pasado por algo está pasado.
Claro. Entonces el pasado es inevitable. El presente, en cambio, es una puerta abierta a miles de futuros.
Claro. Entonces el presente es opción. El futuro, en cambio, es completamente variable, ya que el presente lo condiciona y modifica constantemente.
Claro. Entonces el futuro es incertidumbre.
Bueno, lo que querés decirme es que si fueramos al futuro y vieramos lo que va a pasar podríamos volver al presente y cambiar nuestro actuar, porque todavía no es pasado, todavía no es inevitable.
Claro.
Pero lo que para nosotros es futuro, para un futuro puede ser pasado, entonces ya es inevitable. Por lo tanto estaríamos cambiando lo inevitable.
Te odio ¬¬
domingo, 11 de julio de 2010
Rosa posa sonsa contra la foza
¡Ay Enriqueta, quedate quieta! - Dice su mamá. Ahí justo Enriqueta reaparece.
Perdón ma, es que pasó de nuevo.
¿Otra vez?
Sí.
Enriqueta sale de la cocina. Enriqueta sale de la casa. Enriqueta se va a la plaza.
Joaquín le pregunta la hora. Ella mira las ramas de un árbol y le contesta que deben ser las 4 menos 4, porque las ramas ya están medio quebradas.
Concepto raro del tiempo y del espacio el tuyo Enriqueta. Así vas a andar desapareciendo por mucho tiempo.
Joaquín encuentra una rosa y piensa que es la más hermosa.
Enriqueta ve a Joaquín arrancando la rosa y ella misma se colorea de rosa. Cuantas veces que andamos diciendo rosa. Rosa.
Rosa
Rosa
Roja. Digo, roja. Digo.
A Enriqueta se le empieza a revolver un poco el estómago. Solo un poco,como cuando movés el agua del río con los pies y se te enfrían solo los dedos. Como cuando bajás un puente con algo de velocidad en un auto medio destartalado.
Cualquiera pensaría cualquier cosa, cualquiera creería cualquier cosa. Una relación entre la rosa y Enriqueta, una relación entre Enriqueta y Joaquín, una más entre Joaquín y la rosa. Pero nada de eso. Ella sabe muy bien lo que pasa.
Joaquín se da vuelta y, rosa en mano, se queda solo mirando el verde del pasto (O como dice usted, el pasto verde).
Y Enriqueta... Enriqueta desaparece.
Donde sea que esté, por donde sea que anda, empieza a considerar que esto de andar desapareciendo se está volviendo un problema.
miércoles, 7 de julio de 2010
Difícil de entender lo inentendible che
"Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo"
Don Julio Cortázar
Cuando uno se lo pone a pensar, un reloj es como un pedazo de tiempo encapsulado. Bueno, es el tiempo encapsulado. Bueno, es el tiempo. El reloj es el tiempo.
Sin reloj no hay tiempo.
Una vez creí que sacándome el reloj de la muñeca iba a poder separarme del tiempo. Sus leyes ya no me dominarían y sería libre, independiente. Podría envejecer cuando y cómo lo quisiera, dormir para siempre o despertar todo el tiempo.
Sería entonces el rey de mi propio tiempo. Yo sería mi reloj.
No sé si fue el plan lo que no funcionó o si fue el desarrollo del mismo.
Un viejo desorientado me explico que hacía falta ser un poco más niño, más dispuesto a la locura y el irracional. Yo por más inmaduro ya no era un chico.
Ese no es el caso de Joaquín, se dice que Joaquín, de 9 años, aprendió a perderse en el tiempo.
Joaquín entendió que si quería sus segundos podían ser años. Siguiendo esta regla (que un segundo es un año), un minuto pasaban a ser 60 años y, por ende, una hora 360 años. Es así que un día en la vida de Joaquín era, nada más y nada menos que 8640 años (O algo así). Claro, Joaquín en un segundo hacía más que lo que la mayoría de los chicos hacen, ya que el didivía su segundo en más porciones, en más partes.
Es importante aclararle a usted señor, que Joaquín no lo hizo a propósito. Todo empezó cuando su mamá le quiso enseñar a leer la hora. El muchacho no entendió bien la explicación y pensó que la aguja que se movía más rápido era la de los años y, de más está decir, esto generó toda la confusión.
Que relativo es el tiempo. Lástima que no alcance con sacarse el reloj pulsera y tirarlo por algún lado. Los relojes me acosan y encierran día, tras día. Siendo adulto sigo insistiendo en aprender a ser como Joaquín (Quien 3 segundos después de "aprender" a leer la hora empezó a padecer el mayor y más tremendo aburrimiento jamás expresado y conocido por el hombre) y disfruto frenando mi reloj, adelantándolo, atrasándolo, cambiando la hora "oficial" (Que qué es sino nada más que la decisión de un señor que pensó que en relación a la rotación de determinado planeta en el que determinadas personas viven sería bueno que en este preciso instante sean las 21.57).
¡Por Dios! ¡Luciana! ¿Cómo olvidarnos de Luciana? Luciana era una señora muy coqueta y organizada. Un día se dio cuenta que su reloj despertador decía que eran las 22 hs, mientras que su reloj pulsera le indicaba que eran las 22 hs 11 min. Claro, su reloj corazón no sabía que hacer, había un reloj que le estaba mintiendo. Toda la situación se volvió aún más confusa cuando su reloj marido le dijo que él tenía las 22 hs 07 min. ¿Qué estaba pasando con este mundo reloj? ¿Se habían vuelto todos locos? Bueno, no sabemos si todos, pero sí podemos asegurar que eso le pasó a la pobre señora coqueta que se llamaba Luciana. Según los especialistas su reloj cerebro se desorientó en tal caos temporal y no sabe donde está. Así su mente anda vagando por el cosmos en busca del tiempo porque, claro, si ya no sabe si está a las 22 hs o a las 22 hs 11 min no sabe para donde ir, no sabe cuantos minutos envejeció, cuantas neuronas murieron o dejaron de trabajar. Muy serio el problema de Luciana.
No sé, esto cada vez es más complejo. Yo por las dudas sigo sin usar reloj, me da un poco de miedo. Por las dudas trato de no preguntar la hora ni arrglar horarios para ir al médico. No vaya a ser que me marea, no vaya a ser que el reloj me encapsule.
Pobre mi mismo, todavía no se entera que va caminando por la vida encapsulado.
domingo, 4 de julio de 2010
sábado, 3 de julio de 2010
Say What?!
Lo que necesitás es soltar todo así como venga.
Creo que en tren o remis, no me acuerdo bien.
Ah sí, yo pensé que venía en el 26.
Eeeh.. No, son y media ya.
Media qué?
Qué?
Eh?
La media naranja?
Ah, eso es mentira. No existen esas cosas, ese destino superior que..
Entonces no querés esta media naranja?
QUé? Ah, nono. Comela vos.
Vos te la comés no yo!
Qué?
PUTO
Qué? Bueno, dame la naranja.
Tomá.
Che, cómo era eso que dicen? Fueron felices y comieron perdices o fueron felices porque comieron perdices?
Mmm.. Sabés que no sé. Vos comés perdices?
No.
Y sos feliz?
A veces sí, a veces no.
Y bueno, pero comés pollo que se parece a la perdiz.
En serio?
No sé, eso dicen. Entonces por eso sos medio feliz. Porque el pollo es eso, medio perdiz.
Aaah... Entonces hay que empezar a comer perdiz, no?
Y sí... Che... Y lo otro? Qué otro? Eeeh.. Cómo es ese? Alpiste, perdiste; o perdiste el alpiste?
Eeeh.. Tenés alpiste?
No.
Y capaz lo perdiste...
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